Hoy, he sonreído, pero de verdad.
Y sonará a tópico, pero pocas cosas hay mejores que sonreír. Y lo puedo explicar de manera tirando a científica, hablando de todos los músculos faciales que se mueven cuando sonreímos, pasando por los mitos y no tan mitos de que te alargan la vida... Pero, ¿todas? No. Hay un billón de tipos diferentes de sonrisas, como la sonrisa falsa, o incluso ensayada, que la practicas y luego sales a la calle con ella para que no se note que estás mal. O esa sonrisa tan bonita que te sale sola, la que refleja tu felicidad, la que hace que te brillen los ojos y puedas pensar: "¡Pues hoy, es un buen día porque lo digo yo!" También hay sonrisas de superación, de esas en las que sonríes porque has llorado, te has caído, y has podido levantarte para contarlo... Hay miles y miles más, pero esta gama amplia se puede dividir en dos grupos: Las sinceras, y las ensayadas. Las ensayadas es las que he comentado al principio, y las sinceras... las sinceras son las mejores, así de simple. Cuando una persona sonríe de verdad, sea cual sea el motivo, parece que el mundo quiere sonreír también. Sientes una sensación que te incita a sonreír más, incluso hasta llegar a un punto que quieras hasta reír. Miren, esa sonrisa tan extremadamente adorable la tenemos TODOS, to-dos, es más, la sonrisa de la que yo hablo, no es la de dentadura perfecta, no, porque lo que importa es que sea sincera. Todos somos capaces de sacar esa sonrisa, es algo que tenemos, algo que no podemos perder, y mucho menos nos pueden quitar. Así que por favor, que nadie os quite VUESTRA sonrisa, la sincera, la bonita, la de verdad. Utilizarla, porque como bien dijo Charles Chaplin: "
Nunca te olvides de sonreír porque el día que no sonrías será un día perdido".
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