"Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo... Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando. Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más... Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estábais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza.
Os libraréis de él o de ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma) pero os aseguro que no pasará un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias..."

Paulo Coelho.

Eh, ¡allí!


Allí guardaré el verano.


Allí voy a tener guardado todo lo que no quiero perder jamás. Voy a guardar tus sonrisas, las mías, las de mis amigos y amigas... También los besos y abrazos. Guardaré todos los momentos que he pasado este verano, ya que en este estado pre-nostálgico me obligo a mí misma a decir que cada verano se mejora con diferencia, que cada sonrisa se ensancha, que cada beso se multiplica, y cada momento es cada vez más memorable. El invierno debe ser muy frío para aquellos que no tienen cálidos recuerdos .   Y allí donde os indico, los guardaré, para que este otoño-invierno, cuando me vea agobiada, cuando crea que no merezca la pena seguir, los pueda sacar. Y sí, me dará fuerzas.
 "Gracias"

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