Errores y fracasos cometidos a una velocidad vertiginosa. Calma, tempestad, calma, tempestad... Aciertos, complejos. Sonrisas, lágrimas. Miradas, palabras. Disparos, besos. Te odio, te quiero. Soy feliz, estoy deprimida. Podríamos continuar así hasta límites inexplicables. Porque como todo, hay bueno y malo, hay blanco, negro, gris... y todo esto lo tienes que aceptar con pasmosa pasividad contemplándolo como si sucediera ante una ventana. Es patético, pero también bonito.
Yo no soy bipolar, el mundo sí. |
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