Sueños, imágenes
caprichosas que mezclan nuestros recuerdos, alborotan nuestra memoria durante
noches y noches, horas y horas... Los sueños están ahí, cada noche, dentro de
tu cabeza. Nadie puede verlos excepto tú porque son tuyos. Sin embargo no
puedes controlarlos, dependen de sí mismos aunque se alimentan de ti, pero son
simplemente sueños. En los sueños todo es posible: volar, amar lo odiado, vivir
lo que nunca has vivido, morir y volver a nacer... De los sueños puedes
aprender, puedes olvidarlos... lo único que no debes hacer jamás es depender de
ellos porque los sueños no respetan la razón ni el sentido, por eso nadie
debería entrar en los sueños de otro, nadie vivo.
"Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo... Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando. Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más... Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estábais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza.
Os libraréis de él o de ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma) pero os aseguro que no pasará un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias..."
Paulo Coelho.
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